La firma del artista es uno de los elementos más importantes de una obra y suele ser lo primero que busca el público. Sin embargo ésta es raras vez suficiente para que una pintura sea considerada como auténtica.
Las firmas de
los artistas se hicieron relevantes por primera vez durante el
Renacimiento, período en el cual la producción de arte pasó de los
sistemas de cofradías cooperativas tradicionales a una celebración de la creatividad
individual. Anteriormente la condición social de los pintores era similar a la de cualquier otro artesano especializado y simplemente no tenía sentido firmar los cuadros. Fue en el siglo XV cuando los artistas empezaron a adquirir un reconocimiento por su trabajo e incluso, en algunos casos, a ser considerados como grandes maestros de la pintura. Por ello era importante diferenciar sus trabajos y una firma era una manera perfecta para este fin.
Firma como símbolo de identificación
Las firmas pueden ser muy útiles para identificar la fecha y sobre todo la época de ejecución de una obra. Según el especialista en arte impresionista y moderno de Christie's Picasso es un gran ejemplo. En
su carrera temprana firmó incluyendo su segundo nombre como P R (o
Ruiz) Picasso, más tarde abandonó las iniciales y desarrolló una
versión más decorativa. Durante su período cubista dejó de firmar el reverso de sus lienzos por
completo para no desmerecer el arte en sí, mientras que más tarde adoptó
su firma famosa y última, completa con un guión subrayado. Esta firma también se usó como un símbolo de coronamiento de su obra. (x)
El hecho de que no se pueda ver no significa que no esté allí
Puede ocurrir que en una obra no haya una firma visible, especialmente si se trata de una obra antigua. Sin embargo en estudios especializados en el análisis y restauración es posible revelar firmas que, con el paso del tiempo, quedaron escondidas. Fotografiando y digitalizando la
obra se puede mejorar la imagen hasta que aparezcan firmas en segundo plano o, con tecnologías más avanzadas, firmas que pueden ser descubiertas bajo una capa de barniz o pintura. Por último también ocurre que, sencillamente, la obra esté firmada por detrás.
¿No hay firma? No siempre es esencial
Al considerar invertir en una obra de arte es importante saber si el artista en cuestión normalmente firmaba sus obras o no, dado que algunos nunca lo hacían. En estos casos, la autenticidad se basa en la opinión de expertos o en su documentación. Uno de los elementos cruciales para determinar la autenticidad de una obra, además de su calidad, es la cadena de propiedad. Cuanto más completa sea la procedencia, más fácil será seguir la historia de la obra.
También hay casos en los que un artista que normalmente firma sus obras no firma alguna de ellas. ¿Por qué? Las respuestas pueden ser varias. Cuando una obra ha sido creada para un fin personal o para una colección privada del artista o de su familia, el artista no tiene, o tenía, necesidad de firmarla. También es posible que el comprador solicitara que no se agregara su firma para no interrumpir la coherencia del cuadro. Por último, se han dado casos en los que el artista simplemente se olvidó de firmar. En este caso es fundamental que todas las obras sin firmar que se vendieron durante la vida del artista permanezcan así. En otras palabras, en ningún caso se debe agregar una firma.
También hay casos en los que un artista que normalmente firma sus obras no firma alguna de ellas. ¿Por qué? Las respuestas pueden ser varias. Cuando una obra ha sido creada para un fin personal o para una colección privada del artista o de su familia, el artista no tiene, o tenía, necesidad de firmarla. También es posible que el comprador solicitara que no se agregara su firma para no interrumpir la coherencia del cuadro. Por último, se han dado casos en los que el artista simplemente se olvidó de firmar. En este caso es fundamental que todas las obras sin firmar que se vendieron durante la vida del artista permanezcan así. En otras palabras, en ningún caso se debe agregar una firma.
¿Cómo detectar una firma falsa?
La razón detrás de una firma falsa tiende tener dos tipos de explicaciones: o bien se ha creado un cuadro enteramente falso para imitar el
trabajo de un artista, naturalmente con firma imitada, o se agrega una firma posterior a un cuadro con el fin de
aumentar su valor. En la mayoría de casos los
expertos descubren estos intentos con relativa facilidad dado que se familiarizan con las firmas de los artistas, apoyados, si hace falta, con la tecnología como las lámparas ultravioleta. Los
signos reveladores de que se trata una firma falsa pueden ser la falta de fluidez en la escritura o pincelada, la diferencia de material, la falta de coherencia en el craquelado de la pintura. Pero en algunos casos ni siquiera los mayores expertos son capaces de detectar una firma falsa. Para saber más no dude en leer nuestro artículo dedicado a la fascinante tema de la falsificación de obras, donde, entre otras cosas, explicamos cómo algunas obras de genios de la falsificación siguen circulando, exponiéndose y vendiéndose, en algunos casos sin que sus fundaciones, museos, galerías o compradores sean conscientes de ello.